El bar de la Pousada, cerca e cómoda sala de estar con una gran chimenea, es atravesado por el río que viene de las montañas y lleva agua a los tanques y lagos del monasterio. Es el lugar ideal para tomar una bebida caliente y reconfortante en los días fríos, y el ambiente perfecto para tomar una copa o un café después de la cena.
El área del restaurante en la Pousada de Santa Maria do Bouro es única: situada en la antigua cocina del monasterio, con su chimenea original reconstruida, dos hornos impresionantes y pequeñas estufas talladas en piedra, está decorado con una mesa de granito enorme que ha resistido todo el saqueo y el mal tiempo, donde se sirve el desayuno y buffet de postres.
En el pasillo de los arcos, hay una fuente tallada, que desde las reformas del siglo XVII, trae agua fresca de la montaña para beber. El invierno es la
temporada de la lamprea, una de las principales tradiciones gastronómicas nacionales.
Comience con la cubierta: las aceitunas condimentadas, las mantequillas, el aceite de oliva, la flor de sal y el pan, así como una trilogía de bocadillos. Ya sea el chorizo asado tradicional, la ensalada de bacalao o el tazón de avena, su apetito será estimulado para probar los sabores que Minho tiene para ofrecer. En los entrantes, además de la ensalada de frutas tropicales con gambas, encontrará un carpaccio de pulpo y una cesta de caza con verduras del huerto y manzana, que vale la pena cada bocado.
Además de la como
comida vegetariana y risottos para aquellos que prefieren sabores más conocidos; está el emblemático
Bacalhau (bacalao) a
Narcisa, típico de Braga; o la muy apreciada "Bacalhau à moda do Convento do Bouro". Entre los platos de carne, los rojões à moda do Minho, el arroz "galo pica no Chão"; la enorme chuleta de ternera; y el delicioso Filete portugués, todo trayendo el aire de la montaña a su mesa.
En la mesa de granito secular puede probar los postres increíbles: budín
abade de Priscos, la
Quindao, la
sopa de oro, el
papo d'anjo, y la mousse de chocolate. El
pastel de naranja de Amares, típico de la región, es muy fresco y ligeramente dulce, ideal para terminar la comida. En este antiguo monasterio, hay muchas cosas celestiales, y las comidas en este increíble espacio son sólo una de ellas.